miércoles, 4 de junio de 2014

Ese círculo.


Yo soy de la generación del lápiz y el papel. Del bolígrafo que no se borra, de las frustrantes máquinas de escribir... 
Ahora todo es más fácil. 
¡Vaya falacia!
Y qué ocurre cuando escribes, escribes, cierras y en el momento en que vas a retomar lo escrito, ¡te das cuenta de que no estába guardado!
¿Eso no es frustración?

¿Y qué pasó con los signos de interrogación y exclamación del principio? ¿qué monstruo se los comió? 
En esta época todo está pensado para ir rápido,  para sacar el máximo partido a nuestro tiempo. Entonces... ¿por qué nos falta?
No llegamos, corremos en círculo y no lo sabemos... Todos los días a la misma hora al mismo sitio, o en días alternos, pero siempre en círculo. 
Me he propuesto salir de él,  borrar la senda que tengo marcada, buscar un atajo, ¿qué mas da que tenga piedras y ramas espinosas? Si no lo encuentro,  me lo invento.
Tenemos que darnos cuenta de que lo que está bien para unos no lo está para otros. De que lo que piensen los demás no cuenta.
 
Definición de "los demás" : los que sobran, los que piensan por ti, los que te vuelcan su energía negativa encima como si eso les librara.
 
Definición de "los míos": los que dan sin darse cuenta, los que adoran tu parte no perfecta, los que perdonan tus despistes, los que valoran tu franqueza.
Los míos siempre están ahí, siempre. Los tengo atados.
Nos une un hilo invisible, que se estira si están lejos...
Son esos que de pronto vuelven del rincón del recuerdo y te iluminan el día. Son los que creen que les aportas y eso es mutuo.
 
A los míos les dedico este momento, estas pocas palabras escritas mientras corro en círculos. 
Porque a veces me escapo y muchas otras tiran de mi y me ayudan a salir.
Queridos míos : gracias por quererme, aportarme, escucharme y soportarme a veces.
Si eres de esos lo sabes, porque se me nota al verte y se te adivina al encontrarme....

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